...Creo y que, desde que ay
memoria de gentes no se ha
leído de tanta grandeza como
tuvo este camino, hecho por
valles hondos y por tierras altas,
por montes de nieve, por
tremadales de agua, por peña y
junto a ríos furiosos; por estas
partes iba llano y empedrado,
por las laderas bien sacado, por
las s ...ierras deshechado, por las
peñas socavado, por junto a los
ríos sus paredes, entre nieves
con escalones y descansos; por
todas partes limpio, barrido,
descombrado, lleno de
aposentos, de depósitos de
tesoros, de templos del sol, de
postas que había en este
camino...
Cieza de León 1553
LOS CHOQUEHUANCA
GENEALOGÍA
Los Choquehuanca y su linaje imperial
Por: Ronald Elward *
Domingo 24 de Enero del 2010
La histórica casona de los Choquehuanca todavía está en la ciudad de Lampa, en Puno. Ahí conocí a doña Eugenia, de 90 años, la única hija viva del líder indigenista Francisco Chukiwanka, y descendiente directa del Inca Huayna Cápac.
Doña Eugenia, cuyas credenciales familiares son de un incuestionable y rancio abolengo indígena, es una mujer muy vital y de pequeña estatura. Nunca se casó y vive rodeada de fotos y memorias. “Mi padre luchaba por los derechos de los indios y hasta cambió la manera como se escribe nuestro apellido”, dijo.
Al hablar con ella, en medio de la pobreza en que vive, no es difícil percibir la dignidad de su estirpe; puedo imaginar las grandes fiestas que sus ancestros daban en su hacienda principal, Picotani, cerca de Azángaro, donde a decir de doña Eugenia, “se bebían los mejores licores traídos de Francia”.
Los reyes de Azángaro
Los Choquehuanca, Chuquihuanca o Chukiwanka descienden de Cristóbal Paullu Topa Inca, hijo de Huayna Cápac, quien además fue el miembro de la familia imperial más fiel a los españoles durante la conquista.
Se establecieron en los departamentos de Arequipa y Puno, y durante la Colonia pasaron a convertirse en poderosos caciques de Azángaro y la familia más rica en esta provincia. Como caciques, estaban exentos del pago de impuestos y se encargaban de recaudar el tributo de sus indios para las autoridades coloniales.
La familia tiene una larga lista de personajes que en algún momento u otro de la historia del país han tenido un papel destacado, sea a nivel regional o nacional. Diego Choquehuanca Huaco Túpac Inca (Azángaro 1705-1792), por ejemplo, fue cacique principal y gobernador de Azángaro.
Se sabe que llegó a tener 11 haciendas, un palacio en Azángaro, 100 mil cabezas de ganado ovino, 20 mil vacas, 10 mil alpacas y llamas. No es de extrañar que en esa época Diego fuera el hombre más poderoso de la región y quizás de todo el departamento.
Pero eran tiempos turbulentos. Su hijo mayor, Blas, había muerto en 1781 defendiendo la causa realista a manos de los rebeldes de Túpac Amaru. El hijo de este, Manuel Joseph, fue el último cacique de Azángaro, hasta el 4 de julio de 1825, cuando Bolívar decreta la cesación del cargo.
Nace un patriota
Un nieto de don Diego, por vía ilegítima, fue José Domingo Choquehuanca (San Cristóbal, Cusco, 1789-1858). Según señala el historiador puneño Augusto Ramos Zambrano, José Domingo es un personaje clave porque marca un derrotero opuesto al que hasta entonces había mantenido su estirpe.
“Mientras realiza sus estudios de abogacía en Chuquisaca, José Domingo se convierte en un destacado patriota y decide luchar por el ideal libertario y emancipador”, señala Augusto Ramos Zambrano.
Él presidió la comisión de vecinos de Azángaro que recibió a Bolívar a su paso por Pucará, donde proclamó su famosa arenga. José Domingo fue alcalde de Azángaro en 1817, diputado en 1825, senador en 1832 y 1833 y prefecto de Puno en 1835.
De otro lado, el historiador Nils Jacobsen escribe en su libro, “Mirages of Transition, The Peruvian Altiplano 1780-1930”, que con la pérdida del cacicazgo al inicio de la República (en 1825) toda la estructura social y política que quedaba de los incas perdió autoridad.
Esta pérdida de poder dio inicio a una larga serie de litigios entre ellos durante el siglo XIX, tanto así que la familia tiene el récord de juicios en Puno. Llegado el siglo XX lo habían perdido todo. Tierras, haciendas, posición social.
Renace la fuerza
Francisco Chukiwanka Ayulo (Pucará, 1877-Lampa, 1957) fue, según Ramos Zambrano, el sucesor ideológico de José Domingo. Descendiente de otra rama de la familia, es sobrino tataranieto de José Domingo y padre de doña Eugenia. Desde joven fue defensor del indio, dirigió el movimiento pro indígena en Puno y cambió su apellido por una versión más indígena.
Su hija Eugenia cuenta que su padre “era un hombre desprendido, noble y generoso que fundó la primera escuela particular para los indios cerca de Lampa”. Pero por otro lado, no era amigo de la iglesia católica y fue excomulgado.
A principios del siglo XX, Francisco compró una casona en Lampa donde nacieron sus hijos, entre ellos Eugenia. En esta misma casa nació Luis Enrique Chukiwanka Núñez, sobrino de doña Eugenia. Este arquitecto de 56 años vive en Arequipa, y es claro cuando dice “es muy importante conocer nuestros orígenes, porque es algo que nos da fundamento”.
Estirpe y abolengo
La familia Choquehuanca es una de las pocas en el Perú que conoce de manera precisa su vinculación con los emperadores Inca. Qué duda cabe: la historia de esta familia es también una historia del país.
Un aspecto clave en su evolución a lo largo de 500 años de existencia ha sido su capacidad de adaptación ante los cambios. Primero, como miembros de la familia imperial, fueron activos en la organización de la casa real y tenían gran experiencia en el manejo del poder a través de vínculos con pueblos conquistados, como los aimaras.
Después, durante la dominación española, sobrevivieron como nobleza local que apoyaba al invasor, y se convirtieron en ricos y poderosos caciques coloniales. Con la Independencia todo cambia de nuevo. Esta vez, la pérdida de su posición fue definitiva y completa.
Desde entonces, los Choquehuanca no han dejado de reinventarse. Lo que queda ahora es ver quién de las generaciones actuales tomará la posta de esta, una de las grandes familias peruanas.
En Arequipa
Un tercer Choquehuanca, José Domingo Choquehuanca Borda (Puno, 1934 — Arequipa, 2009), cuya filiación con la familia no está clara, siempre asumió que era uno más de los miembros, afirman hoy sus hijas Lucía y Ana María en Arequipa. Este Choquehuanca también fue un líder y un luchador social que buscó mejorar la situación de los más pobres y por ello fundó la AUPA, la organización de pueblos jóvenes de Arequipa, para conseguir luz y agua, y construir desagüe y pistas, en lo que hoy es el distrito de Selva Alegre. Sus hijas continúan su trabajo social.
Editor Holandés y experto genealogista
El Comercio
Los Choquehuanca y su linaje imperial
Por: Ronald Elward *
Domingo 24 de Enero del 2010
La histórica casona de los Choquehuanca todavía está en la ciudad de Lampa, en Puno. Ahí conocí a doña Eugenia, de 90 años, la única hija viva del líder indigenista Francisco Chukiwanka, y descendiente directa del Inca Huayna Cápac.
Doña Eugenia, cuyas credenciales familiares son de un incuestionable y rancio abolengo indígena, es una mujer muy vital y de pequeña estatura. Nunca se casó y vive rodeada de fotos y memorias. “Mi padre luchaba por los derechos de los indios y hasta cambió la manera como se escribe nuestro apellido”, dijo.
Al hablar con ella, en medio de la pobreza en que vive, no es difícil percibir la dignidad de su estirpe; puedo imaginar las grandes fiestas que sus ancestros daban en su hacienda principal, Picotani, cerca de Azángaro, donde a decir de doña Eugenia, “se bebían los mejores licores traídos de Francia”.
Los reyes de Azángaro
Los Choquehuanca, Chuquihuanca o Chukiwanka descienden de Cristóbal Paullu Topa Inca, hijo de Huayna Cápac, quien además fue el miembro de la familia imperial más fiel a los españoles durante la conquista.
Se establecieron en los departamentos de Arequipa y Puno, y durante la Colonia pasaron a convertirse en poderosos caciques de Azángaro y la familia más rica en esta provincia. Como caciques, estaban exentos del pago de impuestos y se encargaban de recaudar el tributo de sus indios para las autoridades coloniales.
La familia tiene una larga lista de personajes que en algún momento u otro de la historia del país han tenido un papel destacado, sea a nivel regional o nacional. Diego Choquehuanca Huaco Túpac Inca (Azángaro 1705-1792), por ejemplo, fue cacique principal y gobernador de Azángaro.
Se sabe que llegó a tener 11 haciendas, un palacio en Azángaro, 100 mil cabezas de ganado ovino, 20 mil vacas, 10 mil alpacas y llamas. No es de extrañar que en esa época Diego fuera el hombre más poderoso de la región y quizás de todo el departamento.
Pero eran tiempos turbulentos. Su hijo mayor, Blas, había muerto en 1781 defendiendo la causa realista a manos de los rebeldes de Túpac Amaru. El hijo de este, Manuel Joseph, fue el último cacique de Azángaro, hasta el 4 de julio de 1825, cuando Bolívar decreta la cesación del cargo.
Nace un patriota
Un nieto de don Diego, por vía ilegítima, fue José Domingo Choquehuanca (San Cristóbal, Cusco, 1789-1858). Según señala el historiador puneño Augusto Ramos Zambrano, José Domingo es un personaje clave porque marca un derrotero opuesto al que hasta entonces había mantenido su estirpe.
“Mientras realiza sus estudios de abogacía en Chuquisaca, José Domingo se convierte en un destacado patriota y decide luchar por el ideal libertario y emancipador”, señala Augusto Ramos Zambrano.
Él presidió la comisión de vecinos de Azángaro que recibió a Bolívar a su paso por Pucará, donde proclamó su famosa arenga. José Domingo fue alcalde de Azángaro en 1817, diputado en 1825, senador en 1832 y 1833 y prefecto de Puno en 1835.
De otro lado, el historiador Nils Jacobsen escribe en su libro, “Mirages of Transition, The Peruvian Altiplano 1780-1930”, que con la pérdida del cacicazgo al inicio de la República (en 1825) toda la estructura social y política que quedaba de los incas perdió autoridad.
Esta pérdida de poder dio inicio a una larga serie de litigios entre ellos durante el siglo XIX, tanto así que la familia tiene el récord de juicios en Puno. Llegado el siglo XX lo habían perdido todo. Tierras, haciendas, posición social.
Renace la fuerza
Francisco Chukiwanka Ayulo (Pucará, 1877-Lampa, 1957) fue, según Ramos Zambrano, el sucesor ideológico de José Domingo. Descendiente de otra rama de la familia, es sobrino tataranieto de José Domingo y padre de doña Eugenia. Desde joven fue defensor del indio, dirigió el movimiento pro indígena en Puno y cambió su apellido por una versión más indígena.
Su hija Eugenia cuenta que su padre “era un hombre desprendido, noble y generoso que fundó la primera escuela particular para los indios cerca de Lampa”. Pero por otro lado, no era amigo de la iglesia católica y fue excomulgado.
A principios del siglo XX, Francisco compró una casona en Lampa donde nacieron sus hijos, entre ellos Eugenia. En esta misma casa nació Luis Enrique Chukiwanka Núñez, sobrino de doña Eugenia. Este arquitecto de 56 años vive en Arequipa, y es claro cuando dice “es muy importante conocer nuestros orígenes, porque es algo que nos da fundamento”.
Estirpe y abolengo
La familia Choquehuanca es una de las pocas en el Perú que conoce de manera precisa su vinculación con los emperadores Inca. Qué duda cabe: la historia de esta familia es también una historia del país.
Un aspecto clave en su evolución a lo largo de 500 años de existencia ha sido su capacidad de adaptación ante los cambios. Primero, como miembros de la familia imperial, fueron activos en la organización de la casa real y tenían gran experiencia en el manejo del poder a través de vínculos con pueblos conquistados, como los aimaras.
Después, durante la dominación española, sobrevivieron como nobleza local que apoyaba al invasor, y se convirtieron en ricos y poderosos caciques coloniales. Con la Independencia todo cambia de nuevo. Esta vez, la pérdida de su posición fue definitiva y completa.
Desde entonces, los Choquehuanca no han dejado de reinventarse. Lo que queda ahora es ver quién de las generaciones actuales tomará la posta de esta, una de las grandes familias peruanas.
En Arequipa
Un tercer Choquehuanca, José Domingo Choquehuanca Borda (Puno, 1934 — Arequipa, 2009), cuya filiación con la familia no está clara, siempre asumió que era uno más de los miembros, afirman hoy sus hijas Lucía y Ana María en Arequipa. Este Choquehuanca también fue un líder y un luchador social que buscó mejorar la situación de los más pobres y por ello fundó la AUPA, la organización de pueblos jóvenes de Arequipa, para conseguir luz y agua, y construir desagüe y pistas, en lo que hoy es el distrito de Selva Alegre. Sus hijas continúan su trabajo social.
Editor Holandés y experto genealogista
El Comercio
sábado, 26 de diciembre de 2009
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